Crops between skyscrapers and urban gardens in the middle of city
Vivir en una gran ciudad ya no es incompatible con producir nuestras propias verduras y hortalizas. Cada vez más personas convierten sus terrazas, patios, ventanas y hasta tejados en pequeños campos de cultivo.
Las razones que les llevan a convertirse en horticultores son muy variadas: por puro entretenimiento, para contribuir al desarrollo verde de las urbes, para conseguir productos vegetales frescos y baratos… En cualquier caso, cada vez es más habitual encontrar huertos verticales en las grandes ciudades. Los expertos destacan sus beneficios terapéuticos y sociales, además contribuyen a recuperar zonas verdes y a reducir la acumulación de calor en los centros urbanos.
Los huertos urbanos están presentes en todas las grandes ciudades desde hace años, de hecho ya en 2001 Tokio aprobó una ley por la que los edificios nuevos con una cubierta de más de 1.000 metros cuadrados tienen que cubrir al menos el 20% de esta superficie con cultivos. Alemania, que cuenta con más de 13 millones de m2 de azoteas verdes, es junto a Gran Bretaña, Hungría, Holanda, Suecia o Estados Unidos los países donde más se promueve este tipo de plantaciones.
Huertos urbanos de alquiler, compartidos, escolares o pequeñas instalaciones en el alféizar de la ventana; existen muchas modalidades pero todas persiguen el mismo objetivo: dotar a la urbe de espacios verdes y producir hortalizas y verduras para el autoconsumo. ¿Te animas a cultivar?
Si quieres montar tu propio huerto urbano en casa no hace falta que dispongas de un gran espacio. Toma nota de estos pequeños consejos y en pocas semanas podrás recoger tu primera cosecha:
– Escoger un lugar que reciba una media de 5 horas de sol al día.
– Evitar el efecto del viento. Para proteger la zona se pueden usar láminas de mimbre, brezo o cañizo.
– Disponer de una toma de agua o de un depósito cerca para poder regar.
– Comenzar plantando vegetales propios de la época. Romero, albahaca, tomillo, cebollino, lechugas, tomates, pepinos, pimientos o berenjenas son algunas de las especies que mejor se adaptan a huertos urbanos de dimensiones reducidas.
– Controlar las plagas y usar compostaje para abonarlo dos o tres veces al año.
Texto: Laura Zazo / Grupo Acerta